miércoles, 27 de octubre de 2010

Mi Casa


La otra vez que vine a Bristol cometí un error con mi postulación a la residencia universitaria… Yo estaba segura de haberla mandado, recuerdo el momento cuando llené el formulario y todo. No sé qué pasó, al mandarla apreté “eliminar” en lugar de “enviar”, o, como estaba haciendo muchas cosas al mismo tiempo, lo di por enviado y cambié de tema…

No sé, la cosa es que me quedé sin alojamiento de la universidad y me las tuve que arreglar por mí misma. De lo cual no me arrepiento para nada; la primera casa donde viví quedaba en un barrio muy interesante del cual probablemente no me hubiera enterado si viviera en la U, lleno de inmigrantes y ropas y comidas exóticas y ahí conocí a mis amiguitos Ishtar y Spencer que han sido dos de los mejores descubrimientos acá en el Reino Unido, aunque, tristemente, ahora que volví todavía no los puedo ubicar. También en esa casa estaba Dave el Gruñón, con el cual la convivencia era difícil pero que en una de sus fases de buena onda me invitó al Midnimo Centre, donde se reunía cada domingo alguna de la gente más neo- hippie y con buenas vibras de Bristol. Conocí a varias personas interesantes ahí (entre ellos Sam Bristol), y comí muy rico (ídem). En esa casa tuve la experiencia por primera vez de vivir con un drogadicto (Patch) y de ser joteada por un compañero de casa (Matt). Además en esa casa pasé aún más frío que en mi casa de Santiago, tuve que lidiar con ratones, hongos en las paredes y con tener piso alfombrado y no una aspiradora. Comprenderán por qué huí de esa casa y me refugié un tiempo donde la Carmen Pichún_ ah, esa era otra cosa buena, quedaba cerca de la Carmen Pichún_ pero todo lo que viví ahí me dejó un balance positivo y me hizo crecer.

La segunda casa que encontré quedaba cerquita de la U y ahí conocí a Mathilde, que actualmente es una de mis mejores amigas. El administrador de la casa y las dueñas eran personajes dignos de observación, que estoy segura que algún día me servirán para algo. La calefacción funcionaba bien, la casa estaba todo lo limpia que yo quisiera (por un tiempo fui yo la persona contratada para limpiar) y quedaba a pasos de la piscina, pero aparte de algunas cosillas molestas como el hecho de que el living estuviese en el sótano, lo peor fue la convivencia con la dueña que, al final, se me hizo insoportable. De todas maneras no cambiaría haber vivido en ese lugar.

Por eso este año cuando se me dio la oportunidad de postular de nuevo a una de las residencias unversitarias, dudé. Si la vez pasada me fue bien por mi cuenta, ¿por qué iba a estar ahora viviendo en una casa dividida en mil, compartiendo la cocina y el baño con chorrocientas personas más que en su mayoría iban a ser estudiantes de primer año (porque son ellos y los estudiantes extranjeros los que tenemos derecho a vivir en estas residencias) que están recién empezando a experimentar lo que es vivir sin los padres?. Pero postulé igual porque en realidad, encontrar un buen lugar yo sola es un CACHO y depende también de la suerte que tenga, y pensé que sería bueno compartir con más gente de mi misma U, aunque fueran mucho más chicos que yo.

Así que postulé igual y quedé en mi primera opción: Hillside/Woodside, dos casas pegadas, la parte donde vivo yo es la que se llama Woodside (era que no, wood= madera). La lata es que no queda TAN cerca de la U, o sea, para estándares Bristolianos, porque en Santiago sería al ladísimo. Me demoro media hora caminando, por eso la mayoría tiene bici. Yo todavía tengo que ver si podré recuperar la mía. O conseguirme otra. Lo bueno es que el camino de ida a la U es en bajada y de vuelta en subida, pero de vuelta puedo ir con toda la calma del mundo, en cambio de ida siempre es un poco corriendo. Ya saben cómo soy… Lo mejor es que queda al lado del Suspension Bridge, y por lo tanto también del bosque. Así que todos los días cruzo el puente y miro el río, el acantilado lleno de árboles, las aves rapaces, las luces del puente… aaah, hermoso.

Y hasta ahora ha resultado super bien. Como llegué tarde y además venía del país de los mineros, me recibieron muy amistosamente y fui la atracción del momento la semana pasada. Ahora las cosas ya se han normalizado un poco. Al principio todos se presentaron pero, obvio, no me aprendí ningún nombre. Ahora ya me sé algunos, y los iré individualizando en su momento. La casa está bien organizada, cada uno tiene su lugar para poner su comida y sus platos en la cocina, y se respetan las cosas de los demás. Hay una mujer que limpia todos los días y limpia bien. La casa son dos casas de tres pisos pegadas, cada una con su cocina y sala común, que en Hillside es un comedor y en Woodside una sala de estar. La sala de estar es grande, con muchos sillones cómodos, dos mesas grandes, una tele grande, una Xbox y muchos juegos de video. A pesar de que no soy muy aficionada a los juegos de video, igual me entusiasma que haya tantos, y ver a los niños jugando me entretiene lo mismo que ver tele mientras como… o mientras escribo mi blog, jaja. Acá se junta la gente en las tardes y en las noches a solo estar, a ver películas, a conversar, a beber y a hacer estupideces, como el otro día que hicieron un túnel con las sillas y cubrecamas, iluminaron adentro con las luces de las bicicletas (muchos tienen bici) y nos metimos todos adentro y nos sacamos fotos y yo les canté una canción que estoy preparando para el montaje de la clase de Performance. Me sentí casi como en Troncolandia.

Anoche le hice un dreadlock a una compañerita de lo más simpática que se llama Tassmin, creo que estudia biología. Hoy hace un rato acabo de tener una clase de intercambio Español-Sign Language con Connor, que está estudiando lenguaje de señas… sí, hay una carrera de lenguaje de señas! Connor quería estudiar Drama pero no le alcanzó el puntaje. Ahora lo estoy convenciendo de que se meta a una sociedad de teatro que se llama Spotlights, a la cual me acabo de integrar. Ahora me acaba de interrumpir una niña que todavía no me aprendo su nombre, que está estudiando Español, porque necesitaba ayuda con un texto de “Cien años de soledad” que le dieron para leer. Era bien complicado en realidad, hartas palabras difíciles. Me gusta estar aquí.

Aquí va mi dirección postal, a ver si alguno se anima a escribirme:

Room 2.1 Woodside

Bridge Road

Leigh Woods

Bristol, BS8 3PA

UK

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